Los riesgos de las relaciones de rebote
Las relaciones de rebote pueden entrañar varios riesgos, siendo el principal que la nueva relación se utilice como una forma de evitar las emociones y sentimientos relacionados con la anterior. Al encontrar una nueva pareja rápidamente, la persona en cuestión intenta eludir el dolor de la ruptura y la incertidumbre posterior. Sin embargo, estos sentimientos a menudo encuentran la manera de aflorar, creando inestabilidad en la nueva relación.
Otro riesgo surge de la forma en que suelen elegirse las parejas de rebote. Si bien la percepción popular es que la persona en cuestión elige una nueva pareja al azar, el patrón real puede ser más problemático. No es raro que elijan a alguien muy similar (física o personalmente) a su pareja anterior, o a alguien totalmente opuesto.
Ambas opciones pueden acarrear sus propias dificultades. Elegir a alguien similar puede indicar que la persona está tratando de resolver problemas no resueltos con su pareja anterior, buscando una pareja similar con la que pueda revivir y “corregir” esas experiencias. Esto es una carga indeseable para la nueva pareja y, por lo general, una forma impredecible de resolver estos problemas. Sin embargo, elegir a alguien totalmente diferente puede llevar a la persona a terminar con una nueva pareja que no es particularmente adecuada para ella, lo que hace que los acontecimientos den un giro una vez que pasa la fase inicial de “luna de miel”.
¿Todas las relaciones de rebote están condenadas al fracaso?
A pesar de los riesgos asociados, las relaciones de rebote no están necesariamente condenadas al fracaso. Como muchos podemos atestiguar después de presenciar las relaciones recién desarrolladas de familiares y amigos, e incluso las nuestras, a veces lo que algunos podrían describir como una clásica “relación de rebote” se convierte en una asociación sólida y amorosa que dura muchos años.
La verdad es que puede ser muy difícil predecir lo que funcionará. Una pareja que parece perfecta en el papel puede no durar en la vida real, y viceversa. Por lo tanto, en lugar de establecer reglas estrictas sobre lo que las personas “deberían” o “no deberían” hacer, podríamos hacernos ciertas preguntas antes de tomar una decisión.
Preguntas para considerar
- ¿Estoy realmente preparado para una nueva relación?
- ¿Estoy entrando en esta relación para evitar enfrentar mis sentimientos por mi ex?
- ¿Estoy eligiendo a una pareja que es similar a mi ex por razones saludables o por razones nostálgicas?
- ¿Estoy eligiendo a una pareja que es totalmente diferente a mi ex porque quiero algo nuevo o porque estoy tratando de huir de los problemas de mi relación anterior?
Responder estas preguntas honestamente puede ayudar a las personas a tomar decisiones informadas sobre si una relación de rebote es adecuada para ellas. Si bien las relaciones de rebote pueden ser arriesgadas, también pueden ser un camino hacia nuevas y felices asociaciones.
¿Están las relaciones de rebote condenadas al fracaso?
No necesariamente. Si bien las relaciones de rebote pueden conllevar riesgos, no significa que estén destinadas a fallar.
¿Cuáles son los riesgos de las relaciones de rebote?
- Usarse para evitar emociones y sentimientos del pasado.
- Elegir una pareja similar a la anterior para resolver problemas no resueltos.
- Elegir una pareja muy diferente que no sea adecuada.
¿Cómo podemos predecir el éxito de una relación de rebote?
Es difícil predecirlo con certeza. Algunas relaciones de rebote aparentemente clásicas pueden convertirse en relaciones sólidas y duraderas.
¿Qué preguntas podemos hacernos antes de tomar una decisión sobre una relación de rebote?
- ¿Estoy realmente listo para una nueva relación?
- ¿Estoy buscando una distracción o una pareja real?
- ¿Esta persona es adecuada para mí y mis necesidades?