Los griegos distinguían entre tres tipos de amor, comenzando con Eros, el amor erótico. Esta forma de amor se centra en la atracción física y la pasión, siendo la chispa que aviva la emoción y la novedad en una relación.
Philios: Amistad y Compañía
Philios representa el amor de amistad. Implica un profundo entendimiento mutuo, una afinidad por la compañía del otro y el compartir intereses y valores. Es un vínculo que ofrece apoyo, comprensión y una sensación de pertenencia.
Agape: Sacrificio y Cuidado
Agape es el amor más incondicional, que se traduce en la disposición a sacrificarse por el bienestar del otro. Puede manifestarse en pequeños gestos, como ayudar a alguien cansado, o en actos más significativos, como cuidar a un ser querido después de una cirugía.
El Equilibrio del Amor
Un amor completo y satisfactorio requiere la presencia de Eros, Philios y Agape. Cuando estos tres elementos están presentes, la relación florece. Sin embargo, la ausencia de cualquiera de ellos puede generar desafíos.
Adaptación y Crecimiento
A medida que las circunstancias de la vida cambian, es natural que estos tres tipos de amor fluyan y disminuyan. Es posible que Eros sea más intenso al principio de una relación y que Philios crezca con el tiempo, mientras que Agape puede fortalecerse después de eventos desafiantes.
Comprender la naturaleza cambiante del amor puede ayudar a las parejas a navegar los altibajos y a centrarse en cultivar los aspectos que están ausentes. Al equilibrar Eros, Philios y Agape, podemos cultivar relaciones profundas y duraderas llenas de pasión, amistad y cuidado mutuo.
