Cuando una relación nos entristece, a menudo estamos lamentando la pérdida de una idea: la idea de lo que creíamos que sería. Anhelamos recuperar ese lugar donde esa idea parecía posible.
Factores que nos llevan a la tristeza
Este punto se alcanza gradualmente y rara vez tiene una única causa. Las incompatibilidades después de la etapa de luna de miel, los cambios de vida (niños, nuevos trabajos, mudanzas) o la pérdida de la “chispa” pueden generar tensión y distanciamiento.
Una cascada de emociones negativas
La tristeza suele ser el resultado de una secuencia de emociones negativas. Primero viene el enfado: discusiones sobre diferencias irreconciliables. Luego, la distancia: las peleas nos separan.
El punto de inflexión
Para los terapeutas, escuchar a alguien decir que su relación lo entristece indica una necesidad urgente de ayuda. La tristeza, a diferencia de la ira, el resentimiento o la incertidumbre, sugiere que se está al final de un período prolongado de conflicto y cerca de la rendición.
