Razones de la antipatía
Entender por qué no te agrada tu hijo adulto es crucial. Estas son algunas razones comunes:
Decepción
¿Tus expectativas sobre su potencial no se cumplieron? ¿Su estilo de vida o elecciones te decepcionan? La decepción puede generar resentimiento.
Diferencias de personalidad
Las personalidades opuestas pueden crear brechas. Sus valores, opiniones y preferencias pueden diferir tanto que sea difícil encontrar puntos en común.
Falta de comunicación
Los hijos adultos a menudo limitan la información que comparten, lo que puede generar sentimientos de exclusión y resentimiento.
Comportamiento doloroso
Las palabras o acciones hirientes repetitivas pueden dañar profundamente y afectar tu capacidad para sentir afecto.
Cómo afrontar la situación
Abordar esta situación depende de los deseos de ambas partes:
Si deseas una relación
- Analiza si te agradaría tu hijo si no fuera tu familiar.
- Identifica sus cualidades positivas y trata de centrarte en ellas.
- Busca puntos en común, aunque sean pequeños.
- Respeta sus límites y deja de intentar controlarlos.
- Si las diferencias de personalidad son un problema, considera la terapia familiar para mejorar la comunicación.
Si no deseas una relación
- Establece límites claros y haz cumplir las consecuencias.
- Trata a tu hijo como tratarías a cualquier otra persona con la que no te llevas bien: cortés pero distante.
- Protege tu bienestar y busca ayuda si sufres abuso.
Consideraciones adicionales
- Recuerda que tu hijo es un individuo con sus propias cualidades y defectos.
- El abuso nunca es aceptable, incluso de parte de tus hijos.
- Considera la terapia para abordar tus sentimientos y encontrar paz.
Preguntas frecuentes
¿Por qué no me gusta mi hijo adulto?
- Puede que te hayas decepcionado con sus elecciones de vida.
- Sus personalidades pueden ser muy diferentes.
- No comparten nada contigo.
- Te han hecho daño repetidamente.
¿Qué puedo hacer cuando tengo un hijo adulto que no me gusta?
- Determina si quieres tener una relación con esta persona.
- Si te decepcionan, intenta verlos objetivamente y aceptar sus diferencias.
- Si no te respetan, evalúa tu propio comportamiento y establece límites claros.
- Si te sientes alienado porque “nunca te cuentan nada”, hazles preguntas para conocerlos mejor como adultos.
- Si sienten que no los aprecias, habla con ellos sobre tus percepciones y trata de entender su perspectiva.
- Si se comportan como freeloaders irresponsables, establece reglas y límites claros.
¿Qué pasa si la relación no funciona?
- Trata a tu hijo adulto como a cualquier otra persona con la que no te llevas bien.
- Sé cortés pero distante cuando interactúes con ellos.
- Si eres víctima de abuso, busca ayuda de inmediato.