Mantener una relación saludable es un trabajo duro que requiere esfuerzo, flexibilidad y disposición al crecimiento. No existe un camino único para lograrlo, ya que lo que funciona para una pareja puede no funcionar para otra. Sin embargo, hay ciertos comportamientos que pueden convertir una relación no solo en difícil, sino también en perjudicial.
Identificar las Relaciones Tóxicas
No siempre es fácil reconocer cuándo una relación ha sobrepasado los límites de lo saludable y se ha convertido en algo potencialmente dañino. Además, las relaciones tóxicas pueden tener diferentes niveles de gravedad.
Para ayudarte a navegar por las zonas grises y evitar caer en estas trampas, te presentamos cinco tipos comunes de relaciones tóxicas que es esencial conocer:
1. La Relación Abusiva
El abuso, tanto físico como emocional, es la definición misma de una relación tóxica. Tu pareja te prohíbe ver a tu familia o amigos, te dice que no puedes irte porque nadie más te amará, o amenaza con hacerse daño a sí misma o a ti si lo haces.
Muchas personas pasan por alto las señales de alerta y los primeros indicios de una relación abusiva. Sin embargo, el abuso nunca es saludable, independientemente de las circunstancias. Puedes encontrar un amor más sano. No tienes que asumir la responsabilidad por el comportamiento de tu pareja ni obligarla a buscar ayuda. Tu deber es cuidarte a ti mismo, incluso si eso implica romper con ella. Recuerda, no es tu culpa lo que suceda después.
2. La Relación Resentida
El problema con el resentimiento es que puede ser difícil de reconocer porque las relaciones casi siempre comienzan de manera positiva. La toxicidad se acumula con el tiempo. Quizás ambos trabajan a tiempo completo, pero tú siempre cocinas, limpias y cuidas a los niños. O tuviste que mudarte por una nueva oportunidad de trabajo de tu pareja. O tal vez obtuviste un ascenso, lo que hizo que tu pareja se sintiera inadecuada. No todas las razones son iguales, pero el resentimiento siempre genera toxicidad.
El resentimiento y el daño que provoca se pueden sanar, pero requiere acción. Comienza siendo sincero y abierto con tu pareja.
3. La Relación Despreocupada
Este tipo de relación era genial cuando tenías 20 años, pero no tanto cuando tienes 40. Es la relación en la que ambos se toman chupitos de tequila hasta las 2 a. m. y aún llegan al trabajo a las 8 a. m. relativamente intactos. Toman vacaciones lujosas juntos sin preocuparse por gastar sus ahorros. Hablando de ahorros, sus finanzas están separadas porque no viven juntos ni tienen una familia juntos.
Las relaciones despreocupadas se vuelven tensas cuando las cosas comienzan a ponerse serias. Claro, todavía pueden divertirse, pero tienen un poco más de qué preocuparse cuando se avecina su boda o el tener hijos. La relación despreocupada está bien cuando no hay un plan, pero cuando las cosas se ponen serias, es necesario un cambio. Ambos deben querer establecerse si quieren que las cosas funcionen. Si no están de acuerdo en algo tan fundamental para sus objetivos de relación, es probable que no funcione.
4. La Relación Estancada
Tú y tu pareja no se sienten bien juntos desde hace mucho tiempo. No están infelices, pero definitivamente tampoco felices. Es algo así como tibio. Tienen la misma rutina día tras día, pero no saben si pueden hacer el cambio que necesitan. El cambio asusta y es seguro en su burbuja. Lo normal es cómodo, pero lo normal no es felicidad.
5. La Relación Facilitadora
Dejaste de fumar, pero tu pareja fuma y te presionó para que volvieras a hacerlo. Si bien ese es un ejemplo bastante claro, no todas las señales de facilitación son tan claras. Los facilitadores pueden permitirte ser un adicto a la televisión, comer en exceso o divertirte en exceso. Todas las cosas que sabes que son mejores con moderación, tu pareja las valida en exceso.
Ahí es cuando las cosas que importan comienzan a sufrir: tu desempeño laboral, tus relaciones familiares, tus hábitos de consumo. Si bien estos comportamientos no son saludables, con un poco de autocontrol y conversación, deberías poder solucionar este problema.
Muchos de estos tipos de relaciones tóxicas, con la excepción de la relación abusiva, se pueden resolver, pero la solución comienza con el diálogo. Es posible que deban averiguar si aún desean continuar la relación. Es posible que necesiten ir a terapia. Es posible que solo necesiten hacer una tabla de tareas. En cualquier caso, todo comienza con la comunicación.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los tipos comunes de relaciones no saludables?
– Relación abusiva
– Relación resentida
– Relación despreocupada
– Relación estancada
– Relación de habilitación
¿Cómo puedo saber si mi relación es no saludable?
– Abuso físico o emocional
– Resentimiento y toxicidad
– Falta de compromiso y planificación
– Falta de crecimiento o felicidad
– Validación de comportamientos poco saludables
¿Qué puedo hacer si estoy en una relación no saludable?
– Comunicarse abiertamente con su pareja
– Buscar terapia o asesoramiento
– Establecer límites y expectativas
– Considerar la posibilidad de terminar la relación si es necesario para su bienestar
¿Es posible arreglar una relación no saludable?
– Algunas relaciones no saludables se pueden resolver con esfuerzo y comunicación.
– Sin embargo, es importante buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
– Las relaciones abusivas nunca deben tolerarse y es esencial buscar apoyo para salir de ellas.