La Naturaleza Social Humana
Somos seres sociales por naturaleza, y prosperamos gracias a la creación de vínculos sólidos dentro de grupos. Sobrevivimos en la sabana porque nos unimos y nos protegimos mutuamente. Esta visión simplista de la evolución humana explica en parte por qué nos sentimos tan mal cuando un grupo al que creemos pertenecer nos excluye.
El Impacto de la Exclusión
Ningún hombre o mujer es una isla. Formamos parte de todo tipo de grupos sociales, seamos conscientes de ello o no.
A nivel básico, pertenecemos a un grupo familiar. La mayoría de nosotros pertenecemos a una unidad familiar, ya sea biológica o adoptiva, independientemente de su forma o estructura.
A lo largo de nuestras vidas, entramos y salimos de diferentes grupos sociales.
Creamos grupos de amistad, somos miembros de un grupo escolar o estudiamos el mismo título universitario.
Al entrar en el mundo laboral, nos damos cuenta de que los grupos sociales y sus dinámicas siguen desempeñando un papel muy importante.
A lo largo de nuestras vidas, desde la infancia hasta la vejez, a menudo nos unimos activamente a grupos religiosos, comités o equipos deportivos.
No hay nada como la sensación de ser incluido. Sentirse bienvenido y como en casa en un grupo es una sensación maravillosa.
Por otro lado, quedarse fuera no es una buena sensación.
Puede desencadenar recuerdos del patio de recreo y esa sensación de fatalidad inminente al darnos cuenta de que íbamos a ser los últimos en ser elegidos para un equipo deportivo.
De hecho, las investigaciones han demostrado que el rechazo social puede activar la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que responde al dolor físico. En otras palabras, quedarse fuera puede provocar dolor de algún tipo.
Tanto si tendemos a encajar bien en los grupos como si no, todos experimentamos la sensación de sentirnos excluidos en algún momento de nuestras vidas.
La exclusión puede hacernos sentir tristes, enfadados, nerviosos, ansiosos o un cóctel de otras emociones. Puede convertir un buen día en uno malo y afectar a nuestra autoestima.
Como es una experiencia que la mayoría de nosotros tenemos en la infancia, el sentimiento de exclusión puede hacernos retroceder y reaccionar a la situación de una manera bastante infantil.
Por lo tanto, es importante contar con las herramientas para afrontar situaciones como estas de forma saludable, aclarándolas, considerando las razones que las motivan y afrontándolas.
Cómo Identificar la Razón de la Exclusión
En primer lugar, debemos reflexionar sobre nuestros sentimientos y tratar de entender por qué los tenemos.
Estas preguntas deberían ayudarnos a entender exactamente por qué nos sentimos excluidos y asegurarnos de que realmente hay motivos para sentirnos así, y que no estamos malinterpretando las señales.
- ¿Quién está excluyéndonos?
¿Quién exactamente nos está haciendo sentir así? ¿Es un grupo entero o solo algunos de sus miembros?
- ¿Qué nos hace pensar eso?
¿Qué es exactamente lo que nos ha hecho sentir que estamos siendo excluidos?
¿Se nos ha excluido de un evento específico, como no recibir una invitación a una fiesta a la que aparentemente todos los demás asisten?
¿O ha sido una sucesión de pequeñas cosas que se han ido acumulando hasta hacernos sentir que no estamos siendo incluidos?
¿Es solo una sensación molesta que no podemos identificar?
- ¿Se ha dicho algo abiertamente o ha sido todo implícito?
¿Alguien ha dicho algo que deje claro que estamos siendo excluidos intencionadamente?
- ¿Podría haber sido un error?
¿Estamos seguros de que nos han excluido deliberadamente, o podría haber sido un despiste o que el mensaje de texto o la invitación nunca se envió?
- ¿Cuánto tiempo lleva ocurriendo esto?
¿Es algo que lleva ocurriendo un tiempo o es algo que solo hemos experimentado recientemente? ¿Qué ha cambiado?
- ¿Estamos exagerando?
Nuestros sentimientos y nuestra respuesta a ellos pueden estar totalmente justificados, pero también podríamos estar haciendo una montaña de un grano de arena.
¿Nuestra reacción a lo sucedido es razonable o son nuestras inseguridades o paranoias las que nos hacen responder mal a la situación?
- Si nos están excluyendo deliberadamente, ¿cuáles podrían ser las razones?
Si hemos determinado que no se trata solo de un malentendido, reflexionemos sobre por qué creemos que es así.
¿Es el resultado de algo que hemos hecho, o es un problema de otra persona?
¿Tiene que ver con las dinámicas de poder dentro de un grupo? ¿Alguien intenta mantener el control sobre una situación?
¿Va a estar allí alguien con quien tenemos una relación difícil? ¿Otro miembro del grupo está intentando evitar una situación incómoda?
Seamos honestos con nosotros mismos y admitamos si hay algo en nuestro comportamiento que pueda hacer que los que nos rodean reaccionen negativamente.
No saltemos siempre a la peor conclusión, sino que pensemos en circunstancias atenuantes que podrían haber llevado a la gente a creer que sería mejor no incluirnos en esta ocasión… por el bien de todos.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Por qué me siento excluido?
Reflexiona sobre tus sentimientos y trata de entender por qué te sientes así. ¿Quién te está dejando fuera? ¿Qué te hace pensar que estás siendo excluido? ¿Ha habido un evento específico o una sucesión de pequeñas cosas que te han hecho sentir que no estás incluido?
¿Cómo puedo lidiar con mis sentimientos?
Habla con alguien de confianza para obtener apoyo. Considera escribir tus sentimientos y frustraciones. Intenta darle un giro positivo a la situación, valorando a tus verdaderos amigos o encontrando nuevos pasatiempos. Si crees que la exclusión fue involuntaria, habla con las personas involucradas.
¿Cómo puedo prevenir que esto suceda en el futuro?
Aprende de la situación y toma medidas para prevenir que vuelva a suceder. Evita guardar rencor y céntrate en construir relaciones genuinas. Toma la iniciativa de incluir a los demás y sé menos dependiente de la aceptación de otros para tu felicidad.