1. Más oportunidades para conocer gente nueva
Las bodas son el lugar perfecto para conocer gente nueva. Es esencialmente un gran evento social donde sabes que tendrás al menos un interés común con todas las demás personas allí: la pareja casada. Probablemente te sorprenderá la cantidad de personas solteras que asisten. Además, si tus amigos ya no están disponibles, ¡hay menos competencia! Tendrás la primera opción de todos los posibles intereses amorosos que conozcas. Sin mencionar el hecho de que tus amigos estarán más dispuestos a emparejarte con otros solteros ahora que ellos también están fuera del mercado. Y ahora que eres más maduro, estarás listo para experimentar las relaciones de una manera mucho más segura y emocionante.
2. Puedes aprender de los demás
Deberías ver tu llegada tardía al mundo del matrimonio como varias balas esquivadas. Para cuando te cases, habrás sido testigo de todas las pruebas y tribulaciones de tus amigos casados. Cada error que cometen, desde el proceso de planificación de la boda hasta el estrés diario de la vida matrimonial, es una lección aprendida para ti. Además, si te encuentras con problemas en tu camino hacia un posible matrimonio, tendrás amigos que ya han estado allí y que pueden asesorarte en la mayoría de las situaciones. Para cuando te conviertas en el prometido o prometida de alguien, ya tendrás una lista de cosas que evitar y problemas a tener en cuenta. Serás un conocedor del matrimonio incluso antes de llegar al altar. Sin mencionar el hecho de que posiblemente tendrás varios planificadores de bodas “experimentados” para que te ayuden a planificar tu gran día cuando llegue.
3. No tendrás que compartir el protagonismo
¿No crees que todas las bodas parecen ocurrir a la vez? Inicias sesión en Facebook y tienes al menos dos o tres conjuntos de fotos de boda para ver en un momento dado. La idea de compartir el protagonismo con una vieja amiga de la escuela con la que no has visto ni hablado en años que resulta que tiene 100 o más amigos en común contigo en Facebook es bastante difícil de aceptar, y mucho menos compartir el protagonismo con uno de tus amigos más cercanos. Al menos con las bodas de tus amigos fuera del camino, no correrás el riesgo de robarte el protagonismo.