La deflexión es una técnica que consiste en desviar la atención de un tema incómodo o amenazante hacia algo o alguien diferente. Es como cuando rebotas una pelota contra una pared y cambia de dirección.
En el ámbito psicológico, la deflexión es un comportamiento similar. Se utiliza para evitar la responsabilidad, desviar las emociones fuertes o manipular las percepciones.
¿Por qué la gente recurre a la deflexión?
Las razones para utilizar la deflexión pueden variar, pero a menudo se debe a una falta de confianza en sí mismo, miedo al conflicto o un deseo de evitar la culpabilidad.
Falta de confianza en sí mismo: Las personas con baja autoestima pueden usar la deflexión para evitar exponerse a la crítica o al juicio.
Miedo al conflicto: Quienes temen la confrontación pueden emplear la deflexión para evitar situaciones incómodas o desagradables.
Evitar la culpabilidad: Aquellos que se sienten culpables por algo pueden usar la deflexión para desviar la atención de sus acciones.
¿Cómo afecta la deflexión a las relaciones?
La deflexión puede dañar las relaciones de varias maneras:
Desconfianza: La deflexión constante puede generar desconfianza, ya que demuestra una falta de voluntad para aceptar la responsabilidad.
Falta de intimidad: La deflexión puede crear una barrera en las relaciones, ya que impide el intercambio abierto de pensamientos y sentimientos.
Crecimiento limitado: Al evitar la responsabilidad, la deflexión limita el crecimiento personal y el desarrollo de relaciones saludables.
