1. Aspectos básicos
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Aparecer seguro: Párate erguido, con los hombros hacia atrás y la cabeza en alto. Haz contacto visual y sonríe.
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Aparecer relajado: Respira profundamente y relájate. No te muevas de forma nerviosa ni te toques el pelo o la cara.
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Tu primera sonrisa: Sonríe de forma cálida y genuina. Esto ayudará a crear una atmósfera positiva y acogedora.
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No te preocupes por mirar alrededor: Es normal mirar alrededor de vez en cuando, pero no lo hagas demasiado. Esto puede hacer que parezcas desinteresado o nervioso.
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Usa lo que te rodea para iniciar una conversación: Observa el entorno y encuentra algo que te interese. Puede ser una obra de arte, un artículo de decoración o incluso la comida que se sirve. Usa esto como punto de partida para iniciar una conversación.
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El silencio está bien: No tengas miedo de los momentos de silencio. Son una parte natural de la conversación y pueden dar a cada uno la oportunidad de pensar en lo que quiere decir a continuación.
2. Cómo mantener una conversación fluida
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Haz preguntas abiertas: Las preguntas abiertas son aquellas que no pueden responderse con un simple “sí” o “no”. Requieren que la otra persona piense y dé una respuesta más detallada.
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Utiliza sus respuestas para crear más preguntas: Cuando la otra persona responda a tu pregunta, utiliza su respuesta para crear más preguntas. Esto te ayudará a mantener la conversación fluida y a conocer mejor a la otra persona.
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Haz cumplidos: A todos nos gusta que nos hagan cumplidos. Cuando le hagas un cumplido a alguien, asegúrate de que sea sincero y específico.
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Siéntete cómodo durante la conversación: Si te sientes incómodo o nervioso, la otra persona lo notará y también se sentirá incómoda. Relájate y sé tú mismo.
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Sonríe y asiente con la cabeza cuando la otra persona esté hablando: Esto mostrará que estás interesado en lo que dice y que estás de acuerdo con él.
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No te limites a sonreír: Sonreír y mirar alrededor sin decir nada puede hacer que la situación sea aún más incómoda. Si sonríes, asegúrate de decir algo para continuar la conversación.
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No te muevas nerviosamente: Si empiezas a moverte nerviosamente o a mirar alrededor, acabarás moviéndote aún más para intentar disimular tu nerviosismo. Quédate quieto y sentado o de pie y mira a la otra persona a los ojos.
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Interésate por la otra persona: Parece genuinamente interesado en lo que la otra persona tiene que decir. Haz preguntas y escucha atentamente sus respuestas.
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Deja de juzgarte a ti mismo: Es normal decir algo tonto o estúpido de vez en cuando. No te retengas por miedo a decir algo que creas que será juzgado. La gente es indulgente y simpática si pareces una persona relajada, así que ríete de tus errores y a nadie le importará.
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Involucra a la persona callada: Si hay más de dos personas hablando al mismo tiempo, asegúrate de involucrar a la persona callada o aburrida. Esta persona es un eslabón débil y una bomba de tiempo que puede hacer que todo sea mucho más incómodo. Si notas que alguien se inquieta o parece aburrido, involúcralo en la conversación preguntándole su opinión. Así podrá participar y su mala energía no contagiará a los demás que están disfrutando de la conversación contigo.
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Habla sin parar: Está bien hablar sin parar durante el primer minuto. No utilices un filtro para evitar decir algo sólo para parecer más guay o más tenso. Durante los primeros minutos, di lo primero que se te ocurra a menos que sea totalmente inapropiado. Ayudará a que ambos se sientan cómodos el uno con el otro.
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Tu objetivo es encontrar un interés común y conectar: Esta es la parte más importante de saber cómo mantener una conversación con alguien. Necesitas encontrar ese interés común que pueda conectaros.
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No tengas demasiadas ganas: Nunca seas un castor ansioso esperando para complacer. No hables de volver a quedar en algún momento, ni intentes hacer planes para tomar un café en los primeros minutos. Acabarás pareciendo una sanguijuela pegajosa.
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Preséntate bien: Si te presentan a alguien o a un grupo de personas, preséntate con calidez y mira a tu alrededor y haz contacto visual con cada persona. Puedes usar un rompehielos ingenioso si todos te miran expectantes para que digas algo, o puedes esperar a que alguien más diga algo. No hay prisa por ocupar el centro del escenario.
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¿Te acercas a alguien tú mismo?: En lugar de acercarte a alguien y decirle quién eres, empieza con un tema. Tienes que iniciar una conversación antes de poder mantenerla. De lo contrario, esa persona podría mirarte y preguntarse por qué intentas hablar con ella en primer lugar. Empezar sólo con tu nombre no es valioso para ellos. Tienes que empezar con algo que los enganche desde el principio.
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Conecta los puntos: Hay algunas cosas que nos conectan a todos y nos ayudan a hablar. Úsalas, y todo será más fácil a partir de ahí. Recuerda estos cinco iniciadores de conversación básicos que funcionan siempre.
- El tiempo
- El lugar en el que estás en ese momento
- ¿A qué te dedicas?
- Un interés común
- Algo interesante que esté ocurriendo a tu alrededor
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Elige lo que les llame la atención y habla de ello: Una vez que conectes con alguien preguntándole cualquiera de los temas anteriores, estate atento a lo que le hace responderte con entusiasmo y habla de esa conexión. La gente quiere hablar de forma natural con otros con los que tiene una conexión. Tienes que establecer una conexión entre los dos. Puede ser sobre cualquier cosa, en realidad. Asegúrate de que sepan que tenéis algo en común y será más fácil mantener la conversación porque ellos también pondrán su esfuerzo.
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Asegúrate de que tu lenguaje corporal es acogedor: No puedes sentarte ahí con aspecto aburrido y los hombros caídos. Ponte de pie o siéntate erguido como si realmente estuvieras interesado en escuchar lo que tienen que decir. Asegúrate de que tu cuerpo está de cara a ellos y de que estás centrado en ellos. Cuanto más tranquilo parezcas y más interesado en la discusión parezcas, más captarán estas vibraciones positivas y querrán seguir hablando contigo.
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Escucha a los demás: No tienes que empezar a hablar en cuanto te presenten a alguien. Hay algunos conversadores que hacen esto, y no hay nada malo en ello. Tal vez quieran dominar la conversación, o tal vez sea simplemente su personalidad la que quiera ser el centro de la sala. Pero en lugar de parecer interesantes, estas personas suelen parecer pomposas o dar la impresión de que se esfuerzan demasiado por hacer saber a los demás que son más importantes. No tienes que hacer eso. Presta atención y escucha a los demás y a lo que dicen. Cuando eres bueno en algo, no necesitas apresurarte a demostrar lo bueno que eres.
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No empieces a hablar con una contradicción: Si quieres saber cómo mantener una conversación con alguien, recuerda que es una conversación, no un debate. Puede que te hayas encontrado con muchas personas a las que les encanta contradecir a los demás. Suponen que las contradicciones son la forma más fácil de tener una conversación apasionada. Los debates pueden ser estupendos entre amigos que se conocen bien. Sin embargo, si quieres mantener una conversación con alguien nuevo, no es el camino a seguir. Un debate siempre hace que una persona se sienta más fuerte y poderosa y hace que la otra se sienta más débil y molesta. A menos que intentes humillar a alguien, evita buscar pelea con él sólo para sentirte mejor.
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Estate abierto a aceptar el punto de vista de la otra persona: Vivimos en un mundo en el que cada uno tiene puntos de vista diferentes y opuestos. El hecho de que tú tengas razón no significa que la otra persona esté equivocada. Es sólo tu punto de vista. Si alguien tiene otra perspectiva o forma de ver algo, eso no lo hace equivocado. Si quieres saber cómo mantener una conversación con alguien, estate abierto a aceptar que diferentes personas pueden tener puntos de vista opuestos.
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No discutas: La gente discute cuando pierde los nervios. No hay literalmente ninguna razón para que alguien se sienta acalorado por el cuello. Deja de tomarte las cosas tan a pecho en una conversación. Es su punto de vista, y su punto de vista no tiene ninguna relación con tu vida o tus opiniones.
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Elévate sin pisotear a nadie: Puedes explicarte sin tener que pisotear a nadie. No tienes que ser desagradable o malo para hacer entender tu punto de vista. No tienes que señalar que tú tienes razón y ellos están equivocados. Si tienes razón, la gente que te rodea lo sabrá por sí misma. Permite que la gente vea lo elegante que eres, tanto si hablas como si escuchas.
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Ten algunas ideas y rompehielos en mente para dirigir la conversación: Te quedarás sin temas de conversación si no tienes ninguno en mente. Eso pasa a veces. Conectar de forma natural con la persona te ayudará a aliviar algo de esto, pero eso no siempre ocurre de inmediato. Ten una lista de diferentes ideas en mente para poder mantener la conversación en marcha una vez que empiece a decaer. Si llega a ese punto, tienes que esforzarte para mantener una discusión emocionante para que no termine por completo.
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Deja que la conversación siga su curso de forma natural: A veces, simplemente lo hará. No tienes que forzarla, y puedes sentarte y disfrutar de la conversación. Saber mantener una conversación tiene mucho que ver con saber cuándo dejarla fluir y cuándo esforzarse más. Si las cosas siguen su curso por sí solas, déjalas. No interrumpas un tema sólo porque creas que tienes que introducir las otras ideas que tenías en mente.
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Utiliza el humor con bastante frecuencia: La gente disfruta de la compañía de personas divertidas. Eso significa que para mantener la conversación, debes añadir algo de humor. Haz algunas bromas y mira cómo van las cosas. Cuanto más disfruten de tu compañía, más fácil será mantener la conversación.
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No te presiones demasiado: Si te preocupa mantener la conversación, no estarás totalmente inmerso en ella. Tienes que relajarte y dejar que las cosas sucedan como deben. Cuanto más te preocupes por ello, más evidente será. Estarás rígido y nervioso. Esas no son cualidades muy accesibles, y ahuyentarán a la gente. Ten algo de confianza y simplemente habla con la gente. Forma conexiones, y si la conversación ha terminado, deja que termine.
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Sabe cuándo salir de un tema: Si has estado hablando del mismo tema durante la última media hora, ¡es hora de pasar a otra cosa! Aprende a leer las señales de cuando alguien está aburrido de hablar de algo y encuentra otra cosa. La mayoría de los temas pasan naturalmente de una cosa a otra. Sólo tienes que entender el momento adecuado para dar el salto.
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Chismorrea, pero que no sea tóxico: Es un hecho que la gente se une por los chismes. Sin embargo, no tienes que tomar la ruta tóxica y hablar de la gente a sus espaldas. Hay muchas rutas no tóxicas que puedes probar. Puedes cotillear sobre el tiempo, sobre la última entrega de una popular telenovela, o sobre cualquier cosa que no implique atacar personalmente a otra persona.
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Sabe cuándo parar: A veces, por mucho que te esfuerces, una conversación no fluye. Está bien. Entiende cuándo alejarte con un educado “Me alegro de haber hablado contigo”. Intentar mantener una charla que obviamente está muerta en el agua no te hará quedar ni sentirte bien.