El descuido de uno mismo y del cónyuge
En la vorágine de la vida cotidiana, el matrimonio puede verse afectado por la rutina y el descuido. Los cónyuges suelen priorizar el trabajo, los hijos, la iglesia y otras obligaciones, relegando su relación a un segundo plano.
Las razones del descuido son variadas, pero las más comunes son dar por sentado la propia vida y la del cónyuge, asumiendo que siempre estarán ahí.
Sin embargo, la salud y el bienestar personal no deben posponerse mientras se atiende todo lo demás.
El conflicto: una fuente de descuido
Los conflictos no resueltos en el matrimonio pueden provocar el descuido.
El temor a discutir o provocar nuevas disputas lleva a evitar hablar de los problemas. Esta evitación genera distancia y, por ende, falta de comprensión y conocimiento mutuo.
Por ejemplo, si se evita al cónyuge por miedo a otra discusión, este puede sufrir enfermedades, estrés laboral o traumas sin que su pareja lo sepa.
Cuando los cónyuges se sienten conectados, comparten sus emociones, desafíos y experiencias diarias.
Sin embargo, la indisponibilidad emocional prolongada obliga a uno de ellos a reprimir sus sentimientos, pensamientos y síntomas.
Ante la falta de atención del cónyuge, pueden buscar comprensión y apoyo en otras personas, lo que puede derivar en vínculos emocionales e incluso infidelidades.
El cuidado mutuo: una responsabilidad esencial
Cuidarse mutuamente es una de las responsabilidades más importantes del matrimonio. Si hay peleas frecuentes, desconexión o indisponibilidad emocional, es imposible cumplir con esta responsabilidad adecuadamente.
A menudo, una crisis u emergencia interrumpe este ciclo de conflicto, evitación y falta de disponibilidad emocional. Desafortunadamente, muchos matrimonios no reconocen la magnitud del descuido mutuo hasta que ocurren tales eventos.
La importancia del tiempo
Reconectar y valorar el tiempo antes de cualquier crisis es la mejor opción.
Esto puede prevenir emergencias, ya que estar en sintonía permite detectar cambios en el estado de ánimo, el comportamiento o el bienestar del cónyuge y alentarlos a buscar tratamiento o ayuda.
El cuidado físico mutuo
Fomentar la actividad física, una alimentación saludable, el descanso adecuado y la atención médica cuando sea necesario es cuidar al cónyuge en el plano físico.
El contacto físico también es esencial. Todos anhelamos el contacto humano y la oportunidad de ejercer y utilizar nuestro sentido del tacto. En el matrimonio, esta necesidad no debería ser ignorada.
El contacto físico va más allá del sexo e incluye cogerse de la mano, besarse, sentarse en el regazo del otro, abrazarse y dar masajes.
Es importante asegurarse de que el cónyuge no carezca de contacto humano.
El cuidado emocional y mental mutuo
Cuidar al cónyuge en el plano emocional y mental puede ser complejo, ya que las necesidades varían.
Los cónyuges deben brindar apoyo emocional mutuo y comprender sus diferencias emocionales.
La comunicación es clave. Es importante entender que hombres y mujeres se comunican de manera diferente.
Las mujeres suelen necesitar comunicarse con mayor frecuencia y profundidad, mientras que los hombres necesitan sentirse seguros para expresar sus sentimientos sin ser juzgados o utilizados en su contra en discusiones futuras.
Es esencial garantizar que la comunicación sea saludable, significativa y beneficiosa.
Evitar los conflictos no resueltos es crucial, ya que son tóxicos para el matrimonio y dificultan la comunicación.
El cuidado espiritual mutuo
Espiritualmente, lo mejor que podemos hacer por nuestros cónyuges es no esperar que sean nuestros dioses.
Necesitamos propósito e identidad, y esperar que nuestro cónyuge los cumpla es peligroso.
El matrimonio debe ser parte de lo que somos, no la totalidad.
Si nos casamos con nuestra identidad y propósito, nos exponemos a la depresión, la ansiedad y un matrimonio tóxico.
Nuestras necesidades espirituales deben ser satisfechas por nosotros mismos y un poder superior.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué las parejas se descuidan a sí mismas y entre sí?
- Dan prioridad a otras obligaciones y asumen que su relación siempre estará ahí.
- Ignoran su salud y bienestar personal.
- Evitan el conflicto, lo que lleva a la distancia y la falta de conocimiento sobre las necesidades del otro.
¿Cómo puede la falta de cuidado afectar a la relación?
- Conduce a conflictos, evitación y falta de disponibilidad emocional.
- Aumenta el riesgo de infidelidad y problemas de salud mental y física.
¿Cómo pueden las parejas cuidarse mutuamente físicamente?
- Fomentando el ejercicio, la alimentación saludable, el descanso adecuado y la atención médica.
- Ofreciendo contacto físico, como abrazos, besos y caricias.
¿Cómo pueden las parejas cuidarse mutuamente emocionalmente?
- Proporcionando apoyo emocional y comprensión de las diferencias emocionales.
- Comunicándose de manera abierta y saludable, evitando conflictos sin resolver.
- Discutiendo formas de mejorar la salud y la felicidad de la relación.
¿Cómo pueden las parejas evitar que su identidad y propósito dependan únicamente de su matrimonio?
- Reconociendo la necesidad de tener un sentido de identidad y propósito fuera de la relación.
- Buscando apoyo de otras fuentes, como amigos, familiares o actividades personales.