¡Basta de quejas! Descubre cómo dejar de lamentarse y empezar a actuar

¿Te encuentras quejándote constantemente de tus problemas? Quizás hayas alcanzado este nivel de autoconciencia por ti mismo o tal vez tus seres queridos te hayan mencionado lo agotados que están de tus quejas incesantes.

De cualquier manera, quejarse de tus problemas sin hacer nada al respecto no mejorará la situación. De hecho, corre el riesgo de alejar a tus seres queridos, dejándote sumido en una miseria aún mayor.

A continuación, te presentamos 11 cosas que puedes hacer con respecto a los problemas con los que estás lidiando en lugar de simplemente quejarte de ellos.

La ruta práctica: encontrar soluciones a tus problemas

Todo problema tiene una solución, aunque no sea evidente de inmediato. A través de un proceso de eliminación (y honestidad hacia uno mismo), estas soluciones eventualmente salen a la superficie.

Aquí tienes algunos consejos sobre cómo resolver los problemas de los que te quejas constantemente:

1. Gana perspectiva sobre la situación

Es difícil ver nuestro entorno con claridad cuando estamos atrapados en él. Es como intentar salir del pozo en el que estás sin ninguna luz que ilumine el área circundante.

Si tienes problemas para determinar la solución a tus problemas actuales, es porque estás demasiado inmerso en ellos.

Aquí tienes una manera sencilla de ver las cosas desde una nueva perspectiva:

Ve a un lugar completamente diferente de cualquier lugar que frecuentes en tu vida cotidiana. El objetivo es evitar todos los patrones personales, así que elige un lugar al que normalmente nunca irías y ponte cómodo.

Luego, haz una lista de todas las frustraciones con las que estás lidiando actualmente.

Una vez que las hayas escrito, anota todos los factores contribuyentes que creas que podrían relacionarse con cada frustración.

Por ejemplo, una vez me sentí increíblemente frustrado por el hecho de que no estaba progresando en el aumento de la fuerza de mi brazo a través del ejercicio. Fue solo a través del proceso de prueba, error y eliminación que determiné que había una debilidad en mis muñecas, en lugar de mis brazos.

Como tal, pude adaptar mi técnica para acomodar esa debilidad hasta que pude desarrollar suficiente fuerza en la muñeca. La frustración con mis defectos percibidos desapareció porque pude tomar medidas sólidas para mejorar las cosas.

2. Practica el cambio de pensamiento positivo

Cada vez que te sorprendas quejándote de un problema, reemplaza esa queja enfocándote en la gratitud en su lugar.

Por ejemplo, si te sientes frustrado por tu falta de sueño porque tus hijos siguen despertando en la noche, concéntrate en cuánto los amas en su lugar.

Es posible que tengas que herir un poco tus propios sentimientos para llevar esto a casa, al menos al principio.

Por ejemplo, si te sorprendes quejándote del último desorden que ha hecho tu hijo y de cómo tendrás que limpiarlo, piensa en cómo te sentirías si tu hijo dejara de estar en tu vida de repente. Esto debería alejarte de la irritación y llevarte a la gratitud.

3. Ajusta tus respuestas a la situación

Muchas personas se quejan de problemas porque no tienen la fuerza o la confianza para enfrentar esos problemas. A veces esto se debe al miedo a la confrontación, otras veces es por tendencias complacientes.

Leer Más:  ¿Por qué lastimamos a quienes amamos?

En lugar de hablar sobre circunstancias injustas o comportamiento inaceptable, las personas asentirán y sonreirán cortésmente en el momento y luego expresarán sus emociones a quienes consideran “seguros” más tarde.

Si te encuentras callando en lugar de expresar cómo te sientes, cambia tu respuesta estándar.

En lugar de decir que estarías feliz de hacer lo que alguien te pide que hagas, expresa que apreciarías que ellos mismos lo manejaran.

Si descubres que no puedes expresar eso verbalmente en el momento, escribe una nota después del hecho para hacerle saber a la otra persona cómo te sientes; es de esperar que se lo tome en serio y cambie la situación en el futuro. De lo contrario, es posible que debas repetir este proceso varias veces hasta que se produzca un cambio real.

4. Encuentra diferentes maneras de liberar tu tensión

Todos tenemos nuestras propias formas de aliviar el estrés y el malestar emocional, y la actividad física es una de las más útiles.

La mayoría de nosotros nos quejamos de las dificultades debido a la acumulación de cortisol y adrenalina en nuestro cuerpo. Tu cuerpo libera estos cada vez que estás enojado o estresado, y a menos que encuentres una manera de eliminarlos de tu sistema, se acumulan.

Estas acumulaciones pueden causar ansiedad, presión arterial alta, irritabilidad, depresión, desequilibrios intestinales y depresión.

Como puedes imaginar, esto a su vez hace que la gente se queje de todos estos problemas. Trata de encontrar diferentes maneras de liberar esta energía reprimida, como a través del ejercicio o el diario.

5. Habla con alguien que tenga la capacidad de ayudarte

¿Sabías que hay una diferencia entre quejarse y desahogarse? La gente suele utilizar estos términos indistintamente, pero no son lo mismo.

El desahogo implica una decisión consciente de aliviar la tensión acumulada con alguien que acepta escucharte. Esto generalmente se hace con un terapeuta u otro consejero, ya que son oyentes ideales a quienes no les importa escuchar todas tus dificultades mientras te ofrecen posibles soluciones.

Alternativamente, puedes preguntar a un amigo cercano o familiar si tienen la capacidad mental y emocional para ayudarte a desahogarte.

Cuando simplemente descargamos nuestras emociones sobre otras personas sin preguntar primero, corremos el riesgo de añadirnos a los problemas con los que están lidiando. Piensa en las veces que has tenido un día horrible y alguien que conoces empieza a hablar con rabia sobre lo mal que lo está pasando. No seas esa persona.

En cambio, pregunta si pueden escucharte y luego sigue revisando mientras hablas para determinar cuándo han llegado a su límite.

6. Duerme lo suficiente

Cualquiera que haya tratado con un niño pequeño obstinado que se niega a dormir la siesta sabe lo malhumoradas que se vuelven las personas cuando están privadas de sueño. Los cambios de humor, la irritabilidad, la ansiedad y el deterioro cognitivo a menudo se asocian con la privación crónica del sueño.

Si tu objetivo es dormir de forma regular, profunda y reparadora, es posible que descubras que tienes mucha más resiliencia emocional y mental de lo que pensabas. Como resultado, podrías terminar teniendo mucho menos de qué quejarte.

Leer Más:  Mantener una conexión emocional en una relación a larga distancia

7. Elige cambiar

Lo que sea que no estés cambiando, lo estás eligiendo.

Si te quejas mucho de tus problemas pero no haces nada para cambiar tus circunstancias, entonces estás tomando la decisión consciente de permanecer en la situación y, por lo tanto, no tienes motivos reales para quejarte de ella.

Toma nota de las cosas de las que más te quejas y piensa en cómo puedes cambiarlas.

Mientras lo haces, también anota las diversas excusas que has estado usando para justificar por qué aún no has hecho cambios reales en tu situación.

Por ejemplo, si te estás quejando porque eres la única persona que hace algún trabajo en la casa, considera las formas en que has estado justificando por qué tu pareja o miembros de la familia no pueden o no ayudan, como “oh, están demasiado cansados de la escuela”, o “Soy mejor en eso y solo tendría que rehacer lo que hicieran”.

Al ser honesto contigo mismo acerca de tu propio papel en estos problemas, puedes tomar una decisión consciente para cambiarlos.

La ruta de la atención plena: cómo evitar que los problemas dominen tu mente

Si te quejas de problemas que surgen de cosas abstractas, cosas fuera de tu control o situaciones que han pasado hace mucho tiempo, muchas de las sugerencias mencionadas anteriormente pueden no ser aplicables.

En cambio, es posible que desees enfocarte en gestionar tus pensamientos, es decir, cómo aliviar los efectos que los problemas tienen en tu paz mental.

Estas son algunas de las técnicas que pueden ayudar a aflojar su control sobre ti:

8. Busca la fuente

Quejarse es a menudo una elección que hacemos cuando estamos tan frustrados por un comportamiento o ciclo repetitivo en el que nos encontramos atrapados.

La persona a menudo se siente impotente para cambiar este ciclo y, por lo tanto, se reduce a expresar su molestia por el problema una y otra vez.

Por eso es tan importante determinar la raíz de dónde provienen estas quejas.

Es más bien como ir a tu proveedor de atención médica para averiguar de dónde provienen varios síntomas en lugar de simplemente tratar los síntomas en casa y esperar lo mejor. Al hacerlo, puedes descubrir que la causa real de lo que te quejas es algo muy diferente a lo que piensas.

Puede ser una situación en la que eres plenamente consciente de lo que está causando lo peor de tu angustia, pero o estás en profunda negación al respecto y no quieres aceptarlo, o te han cegado al asumir que la causa era otra cosa.

Una vez que tengas respuestas a lo que está causando la angustia, es probable que pierda su control sobre ti. Esto es más bien como la gente con ansiedad severa generalmente encuentra que sus preocupaciones se disipan una vez que tienen respuestas firmes. Lo que les causa ansiedad es lo desconocido, por lo que una vez que salen a la luz los hechos, la mayoría de los problemas pierden su control sobre ellos.

9. Redirige tu enfoque

Para que esto funcione de manera efectiva, deberás ser consciente de tus ciclos naturales.

Leer Más:  ¿Es un Jugador? 12 Señales para Detectarlo

Por ejemplo, ¿descubres que tiendes a ponerte agitado o ansioso por las tardes y es cuando empiezas a quejarte más? La gente a menudo se queda atrapada en patrones cuando no hay un esfuerzo consciente para romperlos.

Asegúrate de distraerte con algo más atractivo en los momentos en que normalmente estás agitado.

Si te concentras en algo que requiere concentración, no habrá espacio para tus pensamientos y emociones intrusivos.

Encuentra un oficio u otro pasatiempo atractivo en el que puedas sumergirte por completo en ese momento y conviértelo en un hábito regular. Antes de que te des cuenta, habrás reescrito tu guion diario con algo mucho más saludable.

10. Cambia tu círculo social

O al menos tómate un descanso de ello.

Desarrollamos ciertas dinámicas con las personas con las que nos asociamos regularmente. Es posible que hayas notado que las personas que pasan mucho tiempo juntas terminan repitiendo los mismos temas de conversación. Esto también incluye quejarse perpetuamente de conflictos percibidos y otros problemas personales.

De hecho, los aspectos positivos a menudo se ignoran en favor de la emoción temporal que surge al provocar drama.

Si descubres que las personas con las que pasas más tiempo están exacerbando tu tendencia a quejarte más de lo que están inspirando grandes temas nuevos para discutir, entonces es una situación poco saludable de la que alejarte.

No tienes que abandonar a las personas con las que has sido amigo durante años, pero en lugar de eso, tómate más tiempo para ti o pasa más tiempo con quienes son más positivos o participan activamente en pasatiempos que inspiran positividad.

11. Considera la posibilidad de obtener ayuda profesional

Si te has estado quejando de problemas que no se pueden resolver a través de tu acción directa porque están fuera de tu control (por ejemplo, trauma infantil, rupturas malas, etc.), es probable que te beneficies de la ayuda que un profesional capacitado puede brindarte.

Pueden ser especialmente útiles si sientes que has agotado todas las causas potenciales por tu cuenta, pero sientes que hay factores profundamente arraigados a los que no puedes acceder por una razón u otra.

Un profesional puede hacer las preguntas correctas y extraer las pistas de tus respuestas que pueden arrojar luz sobre lo que realmente hay detrás de las quejas que estás presentando.

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre quejarse y desahogarse?

Quejarse es expresar continuamente las dificultades sin buscar soluciones, mientras que desahogarse es compartir las preocupaciones con alguien que puede escuchar y ofrecer apoyo.

¿Cómo puedo encontrar soluciones a mis problemas?

  • Observa la situación desde una perspectiva diferente.
  • Practica el pensamiento positivo.
  • Ajusta tus respuestas a los problemas.
  • Encuentra formas de liberar la tensión, como el ejercicio o el diario.
  • Busca la ayuda de un terapeuta o consejero.

¿Cómo puedo evitar que los problemas dominen mi mente?

  • Identifica la fuente de las quejas.
  • Redirige tu atención hacia actividades positivas.
  • Cambia tu círculo social.
  • Considera obtener ayuda profesional si los problemas están fuera de tu control.
Previous post ¡Cuidado con el microengaño: una amenaza silenciosa para tu relación!
Next post ¿Por qué duelen las rupturas incluso cuando las quieres?